Para
estudiar el subsuelo en busca de materiales útiles existen una serie de
técnicas, llamadas prospección geofísica, estas observaciones a la
superficie del suelo se realizan mediante la aplicación superficial.
Entre
estos estudios de prospección geofísica se pueden enumerar los estudios
sísmicos, que consisten en crear ondas artificiales con explosiones o impactos
en la superficie. Los estudios gravimétricos miden la fuerza gravitatoria de la
tierra y son ideales para encontrar minerales.
Los
estudios de prospección geofísica abarcan también estudios manométricos
que se basan en medir variaciones del campo magnético de la tierra y tienen
como fin encontrar magnetita y otros que alteran el campo magnético. Los
estudios radiométricos se realizan con mediciones de las radiaciones emitidas
desde el interior de la tierra.
Una
de las herramientas más sencillas que se pueden usar en estos estudios es el georadar,
popular también en ámbitos medioambientales y de ingeniería civil. Además de
utilizarse para mediciones del campo magnéticos entre otras, es una herramienta
ideal para los yacimientos arqueológicos, hasta daños en edificios
patrimoniales y monumentos históricos.
Las
técnicas físico matemáticas de prospección geofísica encuentran en el georadar
un excelente aliado para la ejecución de las técnicas.
La
topografía, ciencia que se encarga de los métodos
y procesos para medir gráficamente el terreno a escalas especificas, tienen en el
georadar una importante herramienta. Considerando también que para la topografía
las áreas de la tierra a estudiar son relativamente pequeñas y con
características planas, lo que lleva a simplificar los estudios del sub suelo
con el georadar.
Para
cualquiera de estos procedimientos os conocimientos de matemática general,
física, geología y otras ciencias son esenciales, además de un adiestramiento
especial en las técnicas antes descritas y el manejo de sus herramientas.
Cada
día estos métodos se asocian cada vez más a la búsqueda de yacimientos
minerales o de hidrocarburos, susceptibles de ser explotados y generar
beneficios; así como su aplicación a actividades más cotidianas y urbanas como
la construcción civil y la ingeniería.
estudiar el subsuelo en busca de materiales útiles existen una serie de
técnicas, llamadas prospección geofísica, estas observaciones a la
superficie del suelo se realizan mediante la aplicación superficial.
Entre
estos estudios de prospección geofísica se pueden enumerar los estudios
sísmicos, que consisten en crear ondas artificiales con explosiones o impactos
en la superficie. Los estudios gravimétricos miden la fuerza gravitatoria de la
tierra y son ideales para encontrar minerales.
Los
estudios de prospección geofísica abarcan también estudios manométricos
que se basan en medir variaciones del campo magnético de la tierra y tienen
como fin encontrar magnetita y otros que alteran el campo magnético. Los
estudios radiométricos se realizan con mediciones de las radiaciones emitidas
desde el interior de la tierra.
Una
de las herramientas más sencillas que se pueden usar en estos estudios es el georadar,
popular también en ámbitos medioambientales y de ingeniería civil. Además de
utilizarse para mediciones del campo magnéticos entre otras, es una herramienta
ideal para los yacimientos arqueológicos, hasta daños en edificios
patrimoniales y monumentos históricos.
Las
técnicas físico matemáticas de prospección geofísica encuentran en el georadar
un excelente aliado para la ejecución de las técnicas.
La
topografía, ciencia que se encarga de los métodos
y procesos para medir gráficamente el terreno a escalas especificas, tienen en el
georadar una importante herramienta. Considerando también que para la topografía
las áreas de la tierra a estudiar son relativamente pequeñas y con
características planas, lo que lleva a simplificar los estudios del sub suelo
con el georadar.
Para
cualquiera de estos procedimientos os conocimientos de matemática general,
física, geología y otras ciencias son esenciales, además de un adiestramiento
especial en las técnicas antes descritas y el manejo de sus herramientas.
Cada
día estos métodos se asocian cada vez más a la búsqueda de yacimientos
minerales o de hidrocarburos, susceptibles de ser explotados y generar
beneficios; así como su aplicación a actividades más cotidianas y urbanas como
la construcción civil y la ingeniería.