Entendemos por feromonas a las sustancias químicas segregadas con la finalidad de provocar cierta clase de comportamientos en los demás, principalmente de nuestra especie. Las feromonas pueden tener un largo alcance en las distancias, pues al ser conducidas por mediación del aire y sus corrientes pueden sobrepasar todo tipo de barreras y obstáculos. Recordemos a modo de ejemplo el caso de la mariposa Saturnia, bien capaz de oler una hembra de su especie a más de 20 kilómetros. En el caso de los cerdos el profundo olor sexual que profieren desde su pubertad, el llamado olor a verraco, hace que sean castrados tradicionalmente desde la segunda semana de su nacimiento. Aunque en la comunidad europea cada país llegue a adoptar distintas clases de medidas según sus propias leyes regionales.
Las feromonas masculinas humanas, también proceden de químicos que tienen como fin natural provocar la alteración del comportamiento sexual femenino hacia una mayor intensidad. Podemos encontrar distintos estudios científicos donde se expone que las feromonas femeninas humanas y la alta creación de copulinas en las mujeres van directamente relacionadas con su éxito en la excitación sexual masculina. Ahora se pueden encontrar tanto feromonas masculinas como feromonas femeninas a la venta comercialmente. Su formato suele ser parecido a los de los botes de colonia o perfume y su uso es totalmente similar. Se pueden aplicar en el cuello o antebrazos en la cantidad que se precise y pasar totalmente desapercibido. Las feromonas emitirán sus neurotransmisores modificando así las conductas sexuales del sexo opuesto.
En caso de tener predilección por las personas de un mismo sexo el proceso solo cambia en la medida del género elegido a la hora de comprar el bote. Dicho de otro modo, si es usted homosexual use feromonas para atraer a hombres y no a mujeres. Con la compra de tres botes de cierta marca concreta se suelen hacer ofertas regalo de un anillo vibrador o carrete filipino para luego poder estar a la altura de todas las expectativas que a buen seguro ya habrá levantado a lo largo de toda la velada. Usen feromonas, señores y señoras, solo el que las use conocerá la diferencia que hay de tenerlas a no tenerlas… ¡y de regalo un anillo vibrador, que nunca viene mal!
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